2007, Conferencia sobre la corrupción en Venezuela. Reseña y entrevista (ABC Paraguay).
Gustavo Coronel visitó por tres días Paraguay, para luego retomar una gira por varios países suramericanos. Ofreció una conferencia organizada por la Fundación Libertad y el CATO Institute de Estados Unidos sobre la corrupción en Venezuela. El 21 de octubre el diario ABC publicó una entrevista realizada por el periodista Eduardo Quintana.
Leer Más1975, Entrevista en RCTV, en el programa <i>Buenos días</i>, conducido por Sofía Ímber y Carlos Rangel.
Entrevista realizada a Gustavo Coronel el día 6 de marzo de 1975, por Sofía Ímber y Carlos Rangel, en el programa Buenos días, transmitido por RCTV.
CR: Vamos a conversar con el Dr. Gustavo Coronel, presidente de un grupo muy interesante que es la Agrupación de Orientación Petrolera (Agropet), organismo que ha tratado de reunir al personal no sindicalizado de las petroleras. Este personal no sindicalizado se explica porque los obreros ya tienen sus propias organizaciones específicas y Agropet —aunque la abreviación es desafortunada porque sugiere algo agrícola— no quería interferir con los sindicatos, pero sí agrupa al personal de oficinas, lo más altos gerentes de las petroleras que operan en Venezuela.
Cuando se habla de la industria petrolera olvidamos con frecuencia que esa industria no es sólo taladros y máquinas, y oleoductos y muelles, sino que hay gente que trabaja en la empresa, la mayoría de los cuales son venezolanos. Antes de entrar específicamente con Agropet, quisiera seguir con la posición relativa de Venezuela en esta alta política que es la del petróleo. Yo dije que el Presidente ha logrado en Argel la hazaña de influir dentro de la OPEP, y en la opinión mundial, mucho más de lo que Venezuela a estas alturas merece por su producción y reservas.
GC: El presidente Pérez ha ido a Argelia a llevar la voz muy sensata de los países en desarrollo. Se está dando el caso muy interesante de que son los países pequeños, en desarrollo, los que están dando una señal de gran madurez a nivel internacional. Mientras hay grandes potencias hablando en términos muy agresivos, hay pequeños países que ven con diáfana claridad cuál es el único camino posible que nos queda por delante, si es que la humanidad quiere realmente sobrevivir, y no es otro que el camino de la cooperación. Esto lo ha visto muy claro el presidente Pérez y creo que su mensaje en Argel refleja exactamente ese punto de vista y ello le confiere una autoridad moral en desmesurada proporción al tamaño del país.
SI: Creo que el país también se lo ha reconocido, porque he visto muy contentos los periódicos y los partidos, MAS, Copei, AD por supuesto, van a ir a recibirlo. Creo que no puede haber para un Presidente mayor satisfacción que en un tema tan difícil como el del petróleo, haya logrado consenso.
CR: La pregunta queda no resuelta, porque no es sólo el tamaño del país, porque Kuwait es más pequeño, tiene 500.000 habitantes, pero produce más petróleo que Venezuela y tiene más reservas. Cuando dos países, Arabia Saudita y Kuwait, bien distintos a nosotros en todo sentido, podrían abastecer al mundo de petróleo, la tentación tiene que ser muy fuerte para ellos, de ser ellos solos quienes ejerzan ese poder que da el petróleo, y una fuerte tentación de los consumidores de aliarse con ellos dejándonos a nosotros fuera.
GC: Muy cierto. Venezuela en los últimos años ha derivado de socio mayoritario en la OPEP a socio francamente minoritario. Las reservas mundiales de petróleo se calculan en 700.000 millones de barriles, reservas probadas. De ellas, el 66% apenas está en los países de Latinoamérica, incluyendo a Venezuela, el 7% en USA y, sorprendentemente, 15% en los países de Europa Oriental, especialmente en la URSS y Rumania. Es por tanto visible la fortaleza de los países del Medio Oriente, no sólo en el campo económico, sino en el político, porque Venezuela sigue dentro de la OPEP como un organismo rector, en gran parte debido a esa fuerza moral de haber sido fundadora de la organización. Pero podría predecirse o ser aceptado como un futuro probable que a medida que pase el tiempo, los países del Medio Oriente tenderán a considerar a Venezuela como el socio pobre de la OPEP, y a considerarlo más y más como un país marginal en este juego político del petróleo.
SI: Yo le pregunté al Dr. Coronel, quién es él, qué es Agropet. Con la sinceridad de las personas que están nuevas en esto, me dijo: Yo tengo 20 años de geólogo, de ingeniero, y nunca he ido a la TV ni a nada de eso y, ahora, en menos de dos días estoy en dos programas importantes y eso no es gratuito. ¿Qué es Agropet y por qué usted es su Presidente? Y como todo esto tiene una meta política, confirmada aquí por el Dr. Calvani, que dijo que más que todo esto es un gran problema político, ¿cuál es el juego suyo? ¿Por qué de repente, de la noche a la mañana, un buen técnico, interesado por la geología, sabe inglés, por qué se metió en esto?
GC: Hay una razón muy simple. La industria petrolera venezolana está en manos de empresas multinacionales y el empleado de estas multinacionales siempre ha sido identificado con el patrono, se da por descontado que los técnicos petroleros no podían opinar sobre petróleo en Venezuela porque su opinión era inmediatamente descalificada, como siendo siempre portavoces de las empresas multinacionales, pero no lo eran, tenemos nuestras propias ideas…
SI: Su corazoncito.
GC:… y creo que a medida que han venido sucediendo cosas fundamentales para el petróleo en Venezuela, en esa medida los técnicos petroleros han ido perdiendo la inhibición, la reticencia a opinar. Yo tengo muchos años escribiendo y en el 58 publiqué un artículo, que no era un modelo de ortodoxia, ni era lo aceptable en aquella época, pero estos casos eran más bien esporádicos. Hoy día ya el empleado petrolero tiene una conciencia muy certera de que si hay alguien en Venezuela que pueda opinar con válidos elementos de juicio sobre la cosa petrolera es precisamente el hombre que ha estado metido por tantos años dentro de la industria.
CR: No hace falta llegar a los extremos del marxismo y sostener que la posición de cada cual en la vida determina sus ideas para, sin embargo, constatar que hasta cierto punto eso es cierto, o sea, que no es imposible que un empleado, un alto empleado, un responsable inclusive de las políticas de las petroleras multinacionales, tenga ideas divergentes con lo que son los intereses de esa empresa, no siempre idénticos a los intereses del país que la alberga. Pero es probable que el alto empleado de estas empresas tienda a identificarse con lo que es el consenso de esa organización como empresa.
GC: Eso es cierto en parte. Lo sorprendente de todo es que las mismas multinacionales son modificables en la medida en que los elementos que las forman no son marcianos, ni venidos de otros planetas, sino venezolanos. En la medida en que esos venezolanos comienzan a escalar posiciones cada vez más importantes, influyen con sus puntos de vista en lo que debería ser la política de la empresa multinacional.
CR: En todo caso, hay una novedad y es que ya no hay duda alguna en Venezuela de que el petróleo va a ser estatizado. Y eso sí puede haber inducido a un cambio de actitud importante en este personal que tiene que ver el futuro como una época en la cual inexorablemente tendrán que ser, antes que nada, los venezolanos responsables de esa industria. De manera que, prácticamente, la Creole, la Shell, etc., están idas en todos los sentidos.
GC: Precisamente ése es el origen de la creación de Agropet. Estamos en el umbral de la nacionalización de la industria petrolera y creemos que si bien no somos un factor decisivo en la formulación de la gran decisión de nacionalizar, sí somos un factor muy importante en la creación de los mecanismos que hagan posible que esa nacionalización se lleve a cabo de la manera más eficiente posible.
SI: Eso hace pensar que ustedes, en el fondo, y los obreros sindicalizados, sienten una gran desconfianza hacia lo nacional, porque se dice que todos dicen que les paguen las prestaciones ya. El otro día alguien me comentaba que ustedes, en lugar de depositar sus ahorros y prestaciones en el BCV, lo que desearían es que se las depositaran en equis, el Manhattan, el Chase Manhattan, el National… y así es que se sentirían seguros de verdad. De manera que sienten desconfianza, tanto el sector obrero como los técnicos y empleados, de lo que podría pasar con la nacionalización.
CR: Sofía ha puesto sobre la mesa algo muy importante, corrobora la ambivalencia que todos los venezolanos sentimos y vivimos respecto a este problema, y es que se ha dicho mucho que los obreros petroleros son la vanguardia de la reivindicación nacionalista que será la estatización de la industria petrolera pero, sin embargo, estos obreros están muy preocupados porque sus prestaciones van a ser garantizadas en el futuro, no por esas compañías multinacionales, sino por el Estado venezolano y denotan inquietud. Esta inquietud, en este caso, es reflejo de la inquietud que toda Venezuela siente por iguales razones.
GC: No sólo en los obreros de la industria es que hay inquietud, sino también hay inquietud definida dentro de todo el personal, aún a los niveles más altos. Pero esto es simplemente el producto de extrapolar históricamente cuál ha sido la experiencia de Venezuela con sus organismos estatales. Agropet trata de responder al reto que se presenta al país con la nacionalización petrolera. Quiero, primero, orientar a los organismos que deben tomar decisiones para que esa nacionalización se haga de la manera más eficiente y óptima posible. Y, en segundo plano, quiere vigilar, convertirse en organismos de vigilancia, para que una vez nacionalizada la industria prevalezcan los mismos patrones de eficiencia administrativa, de promoción de carrera en el personal, de desarrollo de individuo dentro de una organización en base a sus méritos personales y no en base a razones de otra naturaleza.
SI: Ustedes lo que están es cuidando su conuco y no viendo las cosas que pasan en el país. Yo considero que eso es muy válido. ¿Es o no?
GC: No, no, en absoluto.
SI: Sí, sí.
GC: No, el conuco del cual habla usted es todo el país, nosotros estamos cuidando nada menos que la industria petrolera venezolana que es la raíz fundamental, el cordón umbilical.
SI: ¿Por qué ustedes se separaron de las organizaciones como Fedepetrol, etc. y fundaron otro movimiento? ¿Dónde se separan ustedes? ¿Quiénes forman Agropet?
GC: Agropet está formado, fundamentalmente, por los empleados no sindicalizados, y el objetivo inicial fue participar activamente en la Comisión de Reversión creada por el Presidente para llegar a conclusiones de cómo hacer esta nacionalización, pero no estuvimos representados en esa Comisión. Sin embargo, esto no nos desanimó porque entendimos perfectamente que había razones jurídicas para no poder estar representados allí. El decreto presidencial no incluía una representación del empleado petrolero como tal.
SI: ¿Por qué de repente ustedes se sienten tan patriotas para formar un sindicato, cuando lo lógico es, cuando uno empieza cualquier oficio, como por ejemplo nosotros que somos locutores, inmediatamente estamos sindicalizados? Los periodistas estamos en la AVP. ¿Por qué ustedes se sintieron al margen de todo movimiento obrero venezolano y sólo se sindicalizan cuando ven que viene la cosa?
GC: Agropet es mucho más que un sindicato, es un organismo de opinión, que recoge centenares de años de experiencia de sus afiliados. En ese sentido va mucho más allá, aún cuando también comprende el interés gremial. El valor didáctico de una agrupación como la nuestra es inconmensurable: agrupa a geólogos, ingenieros, economistas, gentes de todas las especialidades dentro de la industria y actúan dentro de Agropet en función de técnicos. En este momento estamos cerca de los 3.000 afiliados y empezamos con tres hace menos de un año. Ha sido un experimento sociológico muy interesante, porque agrupa gente de todas las tendencias políticas, pero que cuando llegan a Agropet empiezan a pensar en función de técnicos petroleros y no en función de militantes de un partido.
CR: Gustavo Coronel dice que Agropet está destinada a que la industria, al pasar bajo control del Estado, no pierda su capacidad, su eficacia, etc. Hay quien dice que lo que trata de hacer es mediatizar la nacionalización, impedir que se haga cabalmente, mantener el dominio de las multinacionales sobre aspectos esenciales de la industria.
GC: Nosotros somos en esto bastante claros, pensamos que a pesar de no tener el exclusivo dominio de la verdad, sí tenemos partes de esa verdad y queremos expresarla a los organismos que deben tomar las decisiones. El anteproyecto de Ley que se va a llevar al Congreso, pensamos que debe ser lo más completo posible, debe tener incorporados todos los mecanismos que hagan posible una nacionalización integral, óptima. Pero sucede que vemos abundantes lagunas, o misiones e imperfecciones en ese anteproyecto. Hemos hecho público nuestro criterio. Estuvimos en Miraflores el 12 de enero e introdujimos un documento que recoge mucho de nuestras ideas. Pensamos que a corto plazo hay grandes omisiones en la Ley. Por ejemplo, no se contempla la creación de la administración petrolera nacional, la casa matriz aparentemente no está incorporada al anteproyecto de Ley. Y nos preguntamos entonces ¿cómo nacionalizar sin tener desde ahora, o al menos simultáneamente con la Ley, un organismo que sea el receptor de las empresas que van a ser nacionalizadas? ¿Por qué no se ha creado desde ya? Ya esa casa matriz debería estar funcionando.
SI: La gente no sabe qué es una casa matriz. Explíquenos un poquito.
GC: La casa matriz es el cerebro de la industria. Hoy en día ese cerebro está repartido en diversos sitios, la Shell tiene su casa matriz en Holanda, la Creole en USA; simplemente se trata de reemplazar todas estas casas matrices por una caza matriz del Estado, pero aún no ha sido formada.
CR: Vamos a tener el cuerpo, pero si ponerle la cabeza.
GC: Estamos nacionalizando el cuerpo sin haber creado el cerebro y es indudable que hay que poner una cosa primero que la otra y es algo que podría ser incorporado al proyecto de Ley de Nacionalización.
SI: ¿Han sido ustedes llamados después por los miembros de la Comisión para tomar en cuenta la opinión de Agropet?
GC: La Comisión de Reversión dejó de existir al presente al Presidente su documento, el cual, aunque no lo conocemos en su integridad, es de alto mérito, tiene la base fundamental de todo el proceso de nacionalización. Pero de allá para acá, creímos que podríamos hacer un gran aporte estableciendo un organismo de permanente consulta, pero no ha sido posible. Entendemos que en el Ejecutivo deben estar sumamente ocupados, sobre todo con la Conferencia de Argel, con tantos problemas que hay en el país.
SI: ¿Ustedes fueron consultados para la ponencia en Argel?
GC: No, en absoluto, y pensamos que los postulados que el Presidente lleva a Argel son de alta política y realmente nosotros no aspiramos a intervenir en esas cuestiones de alta política. Nosotros nos conformamos y creemos tener el derecho de participar activamente en los mecanismos y en su elaboración para implantar la nacionalización, para asesorar al gobierno en cómo hacerla de la mejor manera posible.
SI: ¿Quién convence al gobierno de que ustedes son los mejores asesores y los más nacionalistas? ¿Por qué ustedes se creen ungidos por la mano divina para ser consultados y dar pautas en algo tan delicado de lo cual ustedes han permanecido, hasta ahora, apartados, al margen, como un rebaño aparte?
GC: Lo de rebaño es un poco duro.
SI: Pero ustedes estaban tranquilitos.
GC: Tenemos muchos años haciendo una labor bastante callada y sorda, si se quiere, dentro de las multinacionales para darles una fisonomía más liberal de la que ellos trajeron a Venezuela hace muchos años. El que venezolanos hayan escalado las posiciones más altas ha causado una transformación definitiva dentro de esas empresas, ésa es una lucha que realmente muy poca gente, fuera de la industria, conoce.
Volviendo a su pregunta, nosotros estamos muy lejos de pensar que somos los ungidos o los depositarios de la verdad divina, simplemente pensamos que una agrupación que incluye a gente que ha pasado su vida dedicada a la industria petrolera debería ser un elemento de juicio adicional a ser considerado en el momento de la toma de decisiones, queremos ser escuchados, entre otros, queremos ser consultados, queremos ser participados.
SI: Me encanta eso, pero si ustedes se sienten ahora así, ¿por qué no manifestaron su deseo de ser escuchados y su deseo de ser tomados en cuenta desde hace varios años? Porque a lo mejor muchas cosas de las compañías donde trabajaban les disgustaban a ustedes mucho más de lo que se hace ahora en el gobierno. ¿Por qué ustedes le van a imponer una cosa tan dura a un Presidente y ustedes no se lo impusieron a los presidentes de las empresas donde ustedes trabajaban? ¿Por qué no se asociaron en aquellos momentos?
CR: Esa pregunta tal vez es injusta, es totalmente injusta porque una empresa no es el Estado.
GC: Sin embargo, en los últimos 20 años nosotros hemos llegado a un proceso de venezolanización sumamente intenso dentro de la industria petrolera, en esta labor el Colegio de Ingenieros, por ejemplo, ha tenido una participación decisiva, pero también los mismos empleados de la industria han contribuido decisivamente a lograr en su transformación.
CR: El argumento básico, esencial y justo para proponer y realizar la nacionalización es que las decisiones que afectan estratégicamente a Venezuela no pueden estar en manos de una junta directiva que sesiona en Ámsterdam o en Nueva York; pero desde el momento en que la industria pasa al Estado, todos los venezolanos tenemos el derecho de aportar nuestra opinión y sobre todo ellos que están allí adentro.
GC: Por decirlo así, nos convertimos en accionistas de la empresa también. Nosotros queremos ayudar, queremos ser un factor de cooperación para que este proceso se haga con el menor tipo de trauma posible. La industria petrolera es tan vital para Venezuela, que sólo para darles una idea les diré que cada día de crédito que nosotros concedemos a nuestros clientes, en la industria petrolera global significa que tenemos cien millones de bolívares en cuentas por cobrar; en 60 días, que es nuestro término usual de crédito, significa que en la industria petrolera hay 6.000 millones en la calle. Si relajamos esos términos de crédito una vez nacionalizada la industria, nos podemos encontrar de la noche a la mañana con 9 ó 12.000 millones en cuentas por cobrar y tratando de Estado a Estado —sobre todo con Estados más pequeños que nosotros, amigos de toda la vida— la tentación podría ser muy grande a relajar esos términos de crédito.
SI: ¿A ustedes les parece bien la forma como se nacionalizó el hierro? ¿En los escritos presentados al Presidente acaso han aconsejado ustedes que se repita en el petróleo lo del hierro?
GC: Nosotros no conocemos a fondo los detalles de la negociación del hierro, pero el concepto fundamental de negociación, de avenimiento con empresas que definitivamente deben aceptar que los tiempos han cambiado, es un concepto del cual yo estoy totalmente a favor. Nosotros no pensamos que la nacionalización del petróleo debe plantearse en términos de conflicto o de revancha en un mirar hacia atrás. La nacionalización de la industria debe plantearse en términos de ver hacia delante, de extraer de las multinacionales únicamente lo que necesitamos de ellas y nacionalizar el resto de las cosas. Debemos ser realistas y carecer de complejos de inferioridad colectivos y debemos tener la madurez suficiente para negociar de tú a tú con estas empresas.
CR: La discusión sobre esta materia tiene aspectos racionales y otros que son irracionales. ¿Hasta qué punto es excesiva la irracionalidad?
GC: Yo creo que la palabra irracionalidad es también un poco fuerte, yo diría la emotividad.
SI: La emotividad es muy importante, porque es un factor latino que a veces echa a perder muchas cosas.
GC: La emotividad juega quizás un papel demasiado importante en ese intento nuestro de excluir la participación del sector privado «a priori», excluirlo de una futura industria nacionalizada, todos los ejemplos precedentes de nacionalización contemplan, en alguna forma, una continuada asociación con las empresas multinacionales. Argelia, que es un país duro, son… tiene el 50% de las acciones de empresas mixtas en el campo del petróleo; Irán tiene un contrato de servicio con un consorcio fundamentalmente multinacional. El único caso de nacionalización total es quizás el caso de Iraq, y está por verse si ello es lo más conveniente.
CR: Hay un aspecto positivo y es que ha desaparecido prácticamente el debate. Hubo voz, que era sectorial, que aspiraba a obstruir los mecanismos de la industria por razón estratégica de política global, eso como que ha desaparecido del debate en Venezuela a estas alturas.
GC: Creo que el debate petrolero aquí se ha quintaesenciado, eso ha sido producto de la habilidad del Presidente actual, porque creo que cuando nombró su Comisión de Reversión estaba matando dos pájaros de un tiro. Primero, creaba un organismo que podía darle a él recomendaciones concretas sobre cómo hacer la nacionalización de la mejor manera posible. Segundo, le estaba dando tiempo al país para que debatiese ampliamente la cuestión petrolera. Creo que este año ha sido de suma utilidad para llegar a un análisis desprovisto de emocionalidad.
SI: Volviendo a la emoción y a la emotividad, que me parece que usted tocó un punto muy importante, creo que Carlos le decía al Dr. Calvani que las condiciones que se están estableciendo en Argel dan un magnífico trato preferencial para Europa, pero no así para USA. Europa para ellos es su comprador natural, pero USA es el nuestro. Si tomamos la emotividad, hay una gran responsabilidad en Argel porque en eso no puede jugar la emoción, ellos tuvieron con Francia una guerra de 15 años, horrorosa, pero, sin embargo, a la hora de tomar en cuenta el interés de Argelia, dijeron: Nuestros amigos son los franceses.
GC: Argelia a pesar de una historia política de violencia con relación a Francia, tiene un cordón umbilical de afecto increíblemente alto y sólido hacia Francia.
SI: Y de odio.
GC: Y de odio, pero es una relación ambivalente. En nuestro caso la relación es con USA, sería falta de sentido común que nosotros tratásemos de cortar estos nexos comerciales con USA. Creo que más bien debemos buscar un tratamiento preferencial para nuestros productos en USA, sobre todo desde que somos un socio minoritario de la OPEP, los productos nuestros serán cada vez menos importantes en un mercado controlado por los países del Medio Oriente. En la medida en que nosotros nos aseguremos desde ahora ese trato preferencial, en esa medida nos estaremos asegurando la continuidad de ingresos fiscales derivados del petróleo.
SI: ¿No cree que precisamos de una gran habilidad para que nos ayuden por ese camino en el cual nosotros no tenemos sino que perder?
CR: Dentro de este contexto, ¿no debe Venezuela tratar de aumentar su poder petrolero, aumentando sus reservas probadas?
GC: Ése es un punto fundamental. Entre las cosas que hemos propuesto como de urgencia impostergable está la cuantificación de nuestros recursos por descubrir. Tenemos una plataforma continental muy extensa que prácticamente no ha sido evaluada aún por el taladro y además tenemos la Faja del Orinoco, de enorme extensión, y que apenas ha sido penetrada por unas docenas de pozos. En la medida en que podamos cuantificar los recursos que nos quedan, en esa medida podremos planificar con racionalidad el futuro económico del país. Planificar el futuro económico a base de lo que tenemos hoy en sí, únicamente nos conduce fatalmente a la conclusión de que para 1982 ó 1983 Venezuela podría enfrentarse a un déficit fiscal de considerable magnitud, ya que los ingresos derivados de la producción, tal como la tenemos hoy, van a ir decreciendo paulatinamente, mientras que nuestras necesidades de presupuesto irán en aumento constante.
CR: Aparte de producir más o menos petróleo, Venezuela debería tener más reservas probadas, porque dentro de la OPEP hay países como Arabia Saudita con el gran poder de 300.000 millones de barriles de reserva.
GC: Quizás no lo dije con la suficiente claridad: el primer problema es explorar, que no lo estamos haciendo. Durante 10 ó 15 años la actividad exploratoria ha sido casi nula y ahora debemos empezar con renovados bríos a explorar, lo cual es un proceso que toma por lo menos cinco o seis años antes de poner un nuevo campo en producción. Lo interesante no es ni siquiera desarrollar las reservas encontradas, lo interesante es saber que tenemos las reservas para poder utilizarlas cuando lo requiera el interés de la Nación. No propugno un aumento de las ventas, nosotros somos más bien de la opinión de que en este momento la producción debe bajar para que no haya lo que Pérez Alfonzo ha denominado un caso típico de indigestión económica, pero tampoco bajar hasta el extremo de que el país quede eternamente en una etapa de subdesarrollo. Debemos tener la producción necesaria para obtener los ingresos que requiere nuestro desarrollo.
CR: ¿Es un mito lo de la Faja?
GC: La Faja del Orinoco no es un mito, es una realidad a mediano o largo plazo en la medida en que nos movamos rápida o lentamente.
CR: ¿No convendría más en este momento de bonanza para Venezuela vender esos petróleos pesados y reservarnos para nuestro uso futuro los livianos ya descubiertos?
GC: En cierta forma eso es lo que estamos haciendo. Ya nuestra producción está fundamentalmente orientada hacia los crudos pesados, sobre todo en este año. El mercado internacional de los hidrocarburos dista mucho de ser algo uniforme: en el 73 tuvimos una demanda increíble de gasolinas, de productos livianos, pero este año hemos asistido a un colapso casi total de esos mercados, porque cada vez que hay un fuerte invierno en USA o un país como éste ejerce una acción de disciplina colectiva para que la demanda de gasolina rebaje en un millón de barriles al día, entonces nuestro mercado sufre un deterioro y tenemos que enfatizar en la venta de otro tipo de productos, pero a largo plazo, definitivamente, debemos orientar nuestras refinerías y nuestra producción hacia los crudos más pesados que son los más abundantes en Venezuela. Eso nos presentará problemas tecnológicos de gran significación, que debemos ir afrontando desde ahora. Es que realmente el tiempo es muy corto, el tiempo que tiene Venezuela es tan corto como el tiempo que tiene la humanidad, que está enfrentada con una situación de crisis a corto plazo. Y la mayoría de la gente, incluyendo los grandes estadistas, aún no se han dado exacta cuenta de que no tenemos ya mucho tiempo que perder.